Contablemente, nos referimos a un pasivo como todas las deudas y obligaciones, a corto o largo plazo, que tiene una empresa. Básicamente, es el dinero comprometido con terceros.
En la mayoría de los casos, cuando escuchamos que una empresa tiene muchas obligaciones de pago, pensamos que esto es malo. Sin embargo, no necesariamente es así.
El pasivo de una empresa sirve para varias cosas:
Conocer la situación de la empresa: Un pasivo excesivo puede ser una señal de problemas financieros, incluso podría llevar a una eventual quiebra técnica. Por otro lado, un pasivo manejable indica una gestión financiera sólida.
Es importante destacar que cada sector comercial tendrá distintos niveles de pasivo.
Financiación: Cuando una empresa busca financiamiento, generalmente obtiene préstamos con terceros para proyectos o expansiones. Estos préstamos se reflejan en el pasivo y no necesariamente indican una mala salud financiera.
Importancia de la liquidez: El pasivo a corto plazo, como las cuentas por pagar, es fundamental para entender la liquidez de una empresa y su capacidad para cubrir sus obligaciones inmediatas.
Mantener un equilibrio adecuado en la operación es crucial para tener la liquidez necesaria y enfrentar los pasivos.
Es fundamental para una empresa conocer bien sus pasivos y su distribución. De esta forma, se pueden tomar decisiones de manera más acertada.
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